Josep Rius-Camps, «Confrontación en la iglesia primitiva: Los círculos hebreos y helenistas en la obra de Lucas (Evangelio y Hechos de los apóstoles).», Vol. 18 (2005) 45-84
In the present article, the author summarizes the main outline of a
reading of Acts that is very different from the usual one found in articles,
books and commentaries on the second volume of Luke’s work, mis-named
the "Acts of the Apostles". This reading was previously presented in two
volumes in Spanish (El camino de Pablo a la misión de los paganos, 1984,
and De Jerusalén a Antioquía. Génesis de la Iglesia cristiana, 1989), and
further developed in a 4-volume commentary on Acts in Catalan (Comentari
als Fets dels Apòstols, 1991-2000). Currently, the publication of a
major commentary based on the Catalan work is being written in English in
collaboration with Jenny Read-Heimerdinger, University of Bangor, Wales
(The Message of Acts in Codex Bezae. A comparison with the Alexandrian
Tradition, I, 2004; II, 2006; III, 2007, forthcoming).
Confrontación en la Iglesia primitiva 59
diáspora, mientras que los otros dos tercios pertenecen al grupo hebreo,
autóctono, constituyendo además una pareja estable, una comunidad
fuertemente arraigada a los valores nacionales y religiosos del judaÃsmo.
7. Estalla el conflicto entre la comunidad hebrea y la comunidad he-
lenista. Lapidación de Esteban.
En el preciso momento en que la iglesia apostólica habÃa conseguido
una cierta tolerancia por parte del SanedrÃn, gracias a los buenos oficios de
Gamaliel, en representación del cÃrculo fariseo (Hch 5,34-40), el conflicto
latente hasta ahora en el seno de la iglesia apostólica entre la comunidad
autóctona, de habla hebrea/aramea, y la comunidad inmigrante, de habla
griega, estalla con gran violencia. Lucas establece un nexo muy estrecho
entre ambas situaciones: “Por estos mismos dÃas, al aumentar el número
de los discÃpulosâ€, sobre todo de los autóctonos hebreos, después de que
las autoridades religiosas toleraran que la comunidad creyente pudiera
reunirse “en el templo y por las casas†(5,42), se produjo un altercado muy
duro entre los miembros de la comunidad helenista, que habÃan aceptado
sin reticencias la reorganización de la comunidad bajo la tutela exclusiva
de los apóstoles como administradores de los bienes comunitarios, y la
comunidad hebrea. El motivo es muy grave en una comunidad en la que,
por libre elección, el sustento cotidiano depende de los administradores.
Al afectar a los miembros más débiles y necesitados de la comunidad, la
situación se hace insostenible. El Códice Bezae (en cursiva) lo pone en
evidencia: los helenistas dirigieron su protesta más enérgica contra los
hebreos “porque sus viudas eran dejadas de lado en el servicio diario [de
distribución de los bienes], en el servicio a cargo de los hebreos†(6,1 D05).
Los administradores de la iglesia de Jerusalén, los Doce, todos ellos de
habla aramea, ante la imposibilidad de atender a las necesidades de una
comunidad tan numerosa, se habÃan dejado llevar por sus preferencias
hacia la comunidad autóctona, desatendiendo por completo los miembros
más marginados de la comunidad helenista. No se trataba, sin embargo,
simplemente de una cuestión de lengua. La ortodoxia de los judÃos proce-
dentes de la diáspora era puesta en entredicho por los judÃos autóctonos.
La apertura, en concreto, de los creyentes de habla griega hacia la so-
ciedad pagana, por haber comprendido y aceptado el giro universalista
que Jesús habÃa impreso a la pertenencia al Reino de Dios después de su
muerte, no era muy bien vista por los que detentaban el poder, quienes
seguÃan aferrados a la precedencia del pueblo de Israel.
La injusticia era tan flagrante que los Doce se ven obligados a ceder
parte de sus poderes, accediendo a que la comunidad helenista designe a