Florentino Garcia Martínez, «Las tradiciones sobre Melquisedec en los manuscritos de Qumrán», Vol. 81 (2000) 70-80
This note deals with two topics reflected in the Qumranic text 11QMelchizedek (11Q13) which shed a certain light on two aspects of the messianic beliefs of the Qumran community: the widening in pre-Christian Judaism of the concept of the redeemer of the eschatological time to include a non-human agent of salvation who may be called "messiah", as in Christianity; and the indication of the "messianic" character of the expected eschatological Prophet, announced as a "messenger" by Isaiah and identified as "the anointed of the spirit" in 11QMelch.
Mi razonamiento es muy simple: las funciones básicas que 11QMelch atribuye a Melquisedec son funciones mesiánicas; podemos pues designar al protagonista al que estas funciones son atribuidas como "mesías" a pesar de que el texto no emplee la palabra "ungido". Y puesto que este protagonista es presentado como una figura "celeste", podemos pues caracterizarlo como un "mesías celeste".
La idea de un "mesías celeste" nos es familiar por el Nuevo Testamento, pero parece extraña en un contexto bíblico. En la Biblia hebrea la idea del "mesías" tiene una dimensión puramente humana y se halla indisolublemente unido a la unción con aceite, algo que difícilmente puede realizarse con los seres celeste (los ágeles, por ejemplo, no son nunca objeto de la unción). El carácter puramente humano del "ungido" esperado (o de los "ungidos" cuando se espera la venida de más de un "mesías", como es el caso en Qumrán)34 es acentuado por el énfasis puesto en el origen davídico del "mesías-rey" y en la unión con el culto sacrificial del Templo de Jerusalén del "mesías-sacerdote". Es cierto que en dos escritos judíos de datación problemática (las Parábolas de Henoch35 y el Cuarto Libro de Esdras36 encontramos, como en el Nuevo Testamento, una figura mesiánica que es más celeste que humana, pero que sin embargo recibe el título de "mesías". Las Parábolas de Henoch emplean dos veces el título de "mesías" (junto a los títulos más usuales de "elegido", "justo", o "hijo del hombre") al hablar de una figura que es presentada como pre-existente, transcendente y de origen celeste37. De manera semejante, el personaje descrito "como un hombre" en el cap. 13 y presentado como pre-existente, transcendente y de origen celeste en el Cuarto Libro de Esdras, es igualmente designado como "mesías" en los caps. 7 y 1238. Estos dos escritos, pues, nos atestiguan la misma ampliación del campo semántico de la palabra "mesías" que encontramos dentro del Nuevo Testamento: ambos emplean ese título para designar una figura de carácter celeste con la que asocian imágenes tradicionalmente asociadas con la divinidad. Pero, puesto que la fecha de composición de las Parábolas de Enoch es muy discutida39